Personas mayores y la carrera a la presidencia: ¿Por qué es importante hablar sobre este segmento etario?

7 de Diciembre de 2021


En Chile la población mayor está en aumento: si en 1992 las personas con 60 años o más representaban menos del 10% de la población nacional, hoy son el 17%, estimándose que para el 2050 superarán el 30% de la población. Considerando lo anterior, cabe preguntarse ¿cómo se está preparando el país para este escenario? El envejecimiento de la población representa diferentes desafíos para la sociedad, no obstante, las personas mayores se han encontrado sistemáticamente ausentes en el debate político, lo que evidencia la falta de preocupación por el tema. Es relevante considerar la vejez como una temática crítica para el progreso social y económico del país, en tanto abre la puerta hacia nuevas oportunidades en los ámbitos de innovación y emprendimiento aún no exploradas a nivel nacional.

Si bien los programas presidenciales, en general, contemplan acciones que atañen directamente a las personas mayores, en el debate político el principal foco tiende a ser únicamente pensiones. El escenario de progresivo envejecimiento de la población, el que además parece ir junto con un envejecimiento cada vez más activo, es clave para entender el impacto de este segmento de la población no sólo en cuanto a políticas de seguridad social, sino también en aquellas de bienestar generalizado. Para lograr un envejecimiento activo, hay diferentes factores en juego: servicios de salud, factores conductuales, servicios sociales, factores físicos, entre otros. Cuando estos factores se complementan de manera exitosa, podemos hablar de la “nueva vejez”, la que en países de Europa ya se ha estudiado, conociéndose su impacto en casi todos los segmentos de la economía. Chile, siendo uno de los países latinoamericanos que más rápido ha experimentado el crecimiento de su población mayor, registra, además, uno de los mayores niveles de cobertura de seguridad social en la región, junto con Uruguay, Argentina y Brasil. Así, el escenario nacional permite preguntarse, por un lado, por las características de la “nueva vejez”; y por otro, por las oportunidades que ello representa para la economía nacional.

Países que han intentado abordar los desafíos de la vejez, hablan de Silver Economy o Economía Plateada: en América Latina este es un término con potencial para abrir múltiples oportunidades, pero que aún es desconocido por el ecosistema de innovación del país. La economía plateada incluye todas las actividades económicas, productos y servicios destinados a satisfacer las necesidades de las personas mayores. Uno de los aspectos esenciales de la economía plateada es la innovación: desafíos como la brecha digital, empleabilidad, educación financiera, abandono de edadismos en tratamientos de salud, longevidad saludable, emprendimiento 60+, deben ser abordados hoy si no queremos el día de mañana enfrentarnos a desafíos aún más grandes.

Hablar de Silver Economy, entonces, es hablar de una economía en donde las nuevas tecnologías ponen a la persona mayor en el centro, en donde se busca ser sustentable (circular y ecológica), además de colaborativos (fomentando el intercambio de productos y servicios): surgiendo nuevos productos y servicios, y creándose nuevos puestos de trabajo (silverización).

Teniendo en mente la relevancia del envejecimiento de la población, y la necesidad de comenzar a hablar de economía plateada, parece que no es suficiente que el debate público y político se centre únicamente en pensiones. Asimismo, para no quedarnos en el debate tradicional sobre personas mayores, y habitar espacios aún no explorados por las políticas sociales en esta dimensión, es crucial escuchar a las personas mayores. El problema de la ausencia de las voces mayores en el camino de los candidatos hacia la presidencia es grave; radica en la invisibilización de los desafíos de este segmento etario, y la profundización que ello conlleva en términos del edadismo presente en nuestra sociedad.

En este sentido, su omisión en la carrera a la presidencia nos indica que aún queda trabajo para quienes nos movemos en este ecosistema y la urgencia de posicionar este tema en la agenda pública y política. Resulta imperativo ofrecer nuevos espacios para reflexionar y generar acciones concretas que posibiliten una apertura hacia esta nueva realidad, dándole mayor visibilidad y plataformas de difusión a las personas mayores, incentivando el desarrollo de nuevos productos, servicios, programas y/o nuevas líneas de innovación y emprendimiento orientadas al fortalecimiento del ecosistema de silver economy.

Constanza Contreras Torres

Coordinadora Ejecutiva de SeniorLab UC

Columna publicada en El Mostrador


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